Para escribir esta nota me dispuse a escuchar algunos podcast de Jay Shetty. Empecé por uno y no pude parar. Escuché cuatro seguidos en una sola tarde. Uno hablaba de siete hábitos que te cambian la vida. Al otro día, puse en práctica tres: concentrarme en mi respiración, no mirar el celular ni bien me despierto y que los últimos 20 segundos de la ducha fueran con agua fría. Ese día me sentí distinta. Me hizo bien. Y quise volver a escuchar a Jay. Nunca más pude dejar de hacerlo.
Jay Shetty tiene 38 años. Nació y creció en Londres, y es descendiente de padres indios. A sus 23 años, luego de recibirse en Negocios, cambió el traje por una túnica, se afeitó la cabeza y emprendió un viaje transformador como monje hindú. Estuvo ahí tres años y abrazó la vida minimalista: despertó todos los días a las cuatro de la mañana, se duchó también con agua fría, simplificó su dieta, meditó al menos ocho horas por día y aprendió prácticas ancestrales de respiración y mindfulness.
Hoy en día, Shetty vive en Los Ángeles con su mujer, la reconocida chef vegana Radhi Devlukia-Shetty, con quien se casó en 2016.
En un posteo de 2020, en la fecha de su aniversario, Shetty le escribió una carta de amor que publicó en Facebook: “Cuando te conocí en 2013, yo no tenía planes, dinero ni ideas sobre lo que iba a hacer. Solo mucha pasión. Creíste en mí, me apoyaste y me ayudaste a ser mejor hombre con tu amor, apoyo y amabilidad. Hicimos muchísimo en los últimos cuatro años, pasamos por tantos cambios y tanta incertidumbre, pero nunca dejaste de confiar en mí“. Según él mismo describe en su LinkedIn, “ambos continúan juntos con su misión compartida de difundir amor, propósitos y transformación positiva a nivel mundial”.
Hay algunas controversias en la historia de Jay Shetty. A partir del best seller que escribió, Piensa como un monje, surgieron dudas sobre la credibilidad de lo que cuenta ahí sobre su experiencia durante tres años (entre 2010 y 2013) en un monasterio hindú cerca de Mumbai, en la India, tras terminar la universidad. Jay fue al colegio en Queen Elizabeth´s Boys School y después estudio negocios entre 2007 y 2010 en el Cass Business School, donde se recibió con honores. Según reveló Jay, una charla que dio un monje en la universidad le cambió la vida y fue ahí que se interesó por seguirlo por todo el mundo y realizar esa experiencia en la India.
Sin embargo, The Guardian reportó en un artículo que había inconsistencias en las fechas y en la historia. Jay mencionó en varias entrevistas que tenía 18, 21 y 22 al momento de escuchar la lectura del monje que le cambió la vida. Sin embargo, el equipo legal del podcaster confirmó al mismo medio que esa charla tuvo lugar en 2007, cuando Jay tenía 20 años.
Según reveló Jay, al volver de la experiencia en la India en 2013, estaba endeudado y a los 26 años se fue a vivir a la casa de sus papás. En ese momento se dio cuenta de que todos sus amigos que trabajaban en grandes empresas estaban estresados y presionados y lo invitaron a dar charlas sobre lo aprendido como monje: “Empecé a hacer eso e inmediatamente vi el impacto que generaba y sentí que ese conocimiento y esa sabiduría que había ganado necesitaba esparcirla a todo el mundo, no solo al corporativo”.
Fue así que, en 2016, Shetty dejó su trabajo como asesor en Accenture para encarar una nueva carrera y empezó a difundir los videos sobre lo que había aprendido como monje. Su crecimiento a partir de ahí fue explosivo. Tan solo dos años después, ya tenía más de un millón de seguidores en su canal de YouTube y más de 20 millones en Facebook. A su vez, según la misma nota de The Guardian, para ese entonces ya ganaba un número que rondaba “las seis cifras por mes”.
En 2019, ya con una popularidad importante, tuvo otro problema relacionado a su credibilidad cuando una influencer compartió un video donde lo acusaba de plagio.
Luego de esa acusación, Shetty le pidió a todos sus empleados que revisaran sus videos y tuvo que eliminar más de 100 por “apropiación indebida del material”.
En 2018, Shetty se mudó a Los Ángeles y tuvo una aparición estelar que le dio mucha más fama: estuvo en el show de Ellen DeGeneres. Ahí la presentadora le preguntó cómo decidió volverse un monje y cuánto duró. Él contestó que fue por un discurso que escuchó en la universidad que le cambió la vida: “Después de esa charla pasé todas las vacaciones de verano, desde los 18 años hasta los 22, mitad de tiempo trabajando en una consultora de traje en Londres y la otra mitad siendo monje en India. A los 22 decidí renunciar y dedicarme full-time por tres años a vivir como un monje. Ahí la mitad de los días los pasábamos en silencio y la otra mitad ayudando a otros”.
Dos años después de esa entrevista, en 2020, lanzó una escuela de certificación (Jay Shetty Certification School), un curso online de seis meses donde enseña su metodología como coach motivacional. Pero, como si le faltara algo, ese proyecto también se vio afectado ya que fue acusado de dar falsas promesas sobre sus credenciales educativas y de tener costos altos.
Toda la fama y el dinero que ganó, le permitieron en 2021 comprar una mansión en Nichols Canyon, Hollywood Hills. Según The Guardian, la adquirió por un valor estimado de 8,4 millones de dólares. En una entrevista con James Corden, donde le preguntó cómo podía ser que un monje viviera en un lugar así, su respuesta fue que era un desafío más grande para él pensar su espiritualidad en ese ambiente que en un monasterio: “Lo que me gusta de vivir en Los Ángeles es que me recuerda constantemente mis defectos, y eso me encanta. Me recuerda que no soy un producto terminado y que aún me queda mucho por hacer. Y eso me mantiene motivado en mi búsqueda de la espiritualidad”.
La explicación de Jay a cómo un monje termina viviendo en Hollywood HillsVarios comentarios en la publicación donde salió ese video mostraron disconformidad por parte de sus seguidores. “No es un monje, es un oportunista”; “¿Por qué no se va a vivir a otro lado si realmente cree en el budismo?” y “Lo que en realidad está intentando decir es que no podés convertirte en una celebridad sentado en un monasterio”, fueron algunos de los más destacados.
Ninguna de las acusaciones logró frenar el crecimiento de Jay Shetty, quien pasó a transformarse en un gurú de Hollywood. En 2019 creó su podcast “On Purpose with Jay Shetty”, donde el objetivo era viralizar su sabiduría. Figuras muy importantes como el expresidente Joe Biden, Michelle Obama, Oprah, Madonna, Kobe Bryant, Emma Watson, Selena Gomez y Kim Kardashian, entre otros tantos, fueron parte de las entrevistas que ya acumulan millones de reproducciones.
En poco tiempo se convirtió en una figura importante para las estrellas de Hollywood que buscan en él orientación emocional y espiritual. Tiene una fuerte presencia en Instagram, TikTok y YouTube.
Durante los últimos años ofició bodas de celebridades de renombre como la de Jennifer Lopez y Ben Affleck y la de Lily Collins con el director y guionista Charlie McDowell. También se probó como actor, al hacer un cameo en la película Bad Boys, protagonizada por su amigo Will Smith, en donde justamente también lleva adelante la unión de una pareja en una de las escenas.
Acerca del casamiento de JLo y Ben, reveló en el podcast Next Question con Katie Couric: “Fue una de las experiencias más surreales de la vida. Sentí que estaba dentro de una película. Estoy agradecido por la oportunidad, la guardo como uno de los recuerdos más especiales que voy a atesorar por mucho tiempo".
En julio de este año estuvo con Novak Djokovic en una entrevista que rebotó por todo el mundo.
Incluso sus palabras llegaron a la Argentina, cuando el tenista serbio abrió su corazón y aseguró que el peor momento de su carrera lo vivió en los Juegos Olímpicos de Río 2016 en su derrota contra Juan Martín del Potro. “Sentí algo en la muñeca, empecé a dudar, encima me tocó Del Potro en primera ronda, pierdo por poco y ahí fue el momento en el que sentí que todo mi mundo se colapsó. Fue muy duro”, se sinceró frente a Jay.
Novak Djokovic reveló cuál fue el peor momento de su carrera (Video: Jay Shetty Podcast)En su página web, Shetty destaca la cantidad de vistas y reproducciones que tienen sus videos y podcast en las redes y en las distintas plataformas: más de 50 millones de seguidores, 10 billones de vistas, 43 billones de impresiones.
A su vez, es autor de best sellers: Piensa como un Monje (publicado en 2020) y Las 8 Reglas del amor (2023), donde ofrece consejos para personas con dificultades en sus relaciones y que en tan solo una semana se convirtió en un éxito de ventas del New York Times.
Con su podcast también realizó varios tours. En 2023 recorrió el mundo: Filadelfia, Sídney, Bombay, París, Ámsterdam, Londres, Berlín, Madrid, Barcelona y muchas ciudades más. Este año también emprendió una gira por Norteamérica: desde Vancouver a San Francisco, pasando por Nueva York y Washington.
Este 2025, incluso, Shetty fue nombrado en la lista inaugural “TIME 100 Creators” de la revista Time como una de las 100 voces digitales más influyentes. “Honrado de recibir esta mención. Tengo en mi escritorio dos revistas de Time desde hace décadas, una tiene en la portada a Martin Luther King y la otra a Einstein, así que imagínense lo que significa para mí”, escribió junto a una foto de la portada de la famosa publicación.
“Desde el principio, mi objetivo siempre fue viralizar la sabiduría. Mi intención es ayudar y marcar la diferencia. Sé que muchos de ustedes también están en ese camino. Nunca pensé que llegaría a momentos como este. Empecé con los videos en el comedor de la casa de mis papás“, destacó en ese mismo posteo.
Mientras escribo este párrafo final, me llega un mail de Jay Shetty: claro, me anoté en su newsletter también. El asunto es: “¿Y si la paz no necesita perfección?“. No entiendo el título, pero leo por arriba lo que dice. Está muy bien. Habla de cómo encarar esta semana de Fiestas donde tenemos tantos compromisos y cenas. Jay asegura que nada saldrá de la forma en que queremos ni organizamos. Que los planes cambiarán, que viejas dinámicas resurgirán, que los momentos que se suponen, deberían ser alegres, estarán llenos de ruido. Que lo importante es entender que uno puede reír en medio del caos y sentir al mismo tiempo gratitud y cansancio.
”La paz generalmente no llega cuando la vida se vuelve más tranquila, sino cuando la mente deja de exigir que así sea“, cierra el mail.
Me hace pensar.
Me hace respirar.
Me hace sonreír.
Y me ayuda a terminar esta nota de la mejor manera posible.

