La tradicional carrera de San Silvestre, que se desarrolla en San Pablo, Brasil, y es la mayor prueba urbana de América Latina, celebrará este miércoles su 100ª realización con un récord de más de 55.000 corredores. Un total de 44 países tendrá representación en la marea humana que tomará las calles, según los organizadores. El recorrido de 15 kilómetros comienza en la emblemática avenida Paulista y tendrá escalas en los principales puntos turísticos de la ciudad.
Los keniatas Wilson Kiprono Too, con una marca de 44 minutos y 21 segundos, y Agnes Keino, en 51 minutos y 25 segundos, fueron los ganadores de la cita en 2024, en las categorías élite masculina y femenina, respectivamente. La prueba repartirá unos 295.000 reales en premios, equivalentes a cerca de 53.000 dólares. Los triunfadores se llevarán unos 11.400 dólares cada uno.
Atletas de África establecieron una férrea hegemonía en las últimas versiones de San Silvestre. Corredores de ese continente encadenan 13 años consecutivos de triunfos en la carrera masculina y 17 en la femenina.
Joseph Panga, de Tanzania, es uno de los principales aspirantes en la competencia número 100, tras escoltar a Too el año pasado. El fondista de 30 años fue noveno en la Maratón de Berlín de 2025. Wilson Maina, de Kenia, es otro de los favoritos; lideró en 2024 los primeros kilómetros, pero tuvo problemas con el calzado y concluyó en el séptimo lugar. “Voy a hacer lo mismo que el año pasado. Voy a salir fuerte y vamos a ver qué pasa”, comentó Maina, de 32 años, en la conferencia de prensa previa.
Entre las corredoras élite resalta la keniata Cynthia Chemweno, segunda en San Silvestre el año anterior, después de Keino. “Me siento muy bien aquí”, dijo la corredora de 29 años. Johnatas Cruz, Gleison Santos, Nubia de Oliveira y Jeane Barreto están entre las esperanzas locales.
La primera San Silvestre tuvo lugar en la noche del 31 de diciembre de 1925, por iniciativa del periodista Cásper Libero, fundador del diario Gazeta Esportiva, después de que asistiera a una carrera nocturna en París. La prueba adquirió el nombre del santo católico que murió un 31 de diciembre y se la llevó a cabo anualmente sin interrupciones a excepción de 2020, a causa de la pandemia de coronavirus.
La competición abandonó su horario nocturno con el transcurrir del tiempo. Desde 2012 se corre por la mañana, debido a las altas temperaturas del verano.

