El oficialismo consiguió quórum en el Senado con 47 presentes y este viernes se encamina a convertir en ley el Presupuesto 2026, una iniciativa central para el gobierno de Javier Milei, quien busca cerrar el año parlamentario con una victoria política y legislativa de alto impacto tras el triunfo electoral.
Tras intensas negociaciones con gobernadores y bloques provinciales, finalmente hubo acuerdo de labor parlamentaria para que la votación en particular sea por capítulos, tal como quería La Libertad Avanza. El plan se votó en el recinto y se aprobó con 42 votos afirmativos, seis votos más de la mayoría requerida.
En esta primera votación hubo aliados que no se alinearon con el Gobierno: los radicales Maximiliano Abad, Daniel Kroneberger y Flavio Fama; y los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano. Ninguno responde a gobernadores y se prestan a votar también en contra del capítulo II por la polémica de los artículos 12 y 30, relacionados a la Educación.
De lograrse la sanción, sería la primera vez desde la asunción de Milei en diciembre de 2023 que el Congreso aprueba un Presupuesto elaborado por su administración libertaria, luego de dos años consecutivos en los que el Ejecutivo gobernó con partidas prorrogadas correspondientes a la ley sancionada en 2022.
“Esta sanción del presupuesto va a tener buenas noticias en los mercados”, anticipó Ezequiel Atauche, senador jujeño de LLA, antes de ingresar al Palacio Legislativo. Tanto él como la jefa de bloque, Patricia Bullrich, se pusieron al hombro la negociación con los aliados para asegurarse que la Casa Rosada no sufra otro dolor de cabeza producto de la reacción política ante los mercados.
El ministro del Interior, Diego Santilli, el asesor de Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem, y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, también siguen de cerca el “poroteo” de la sesión. Los primos, de hecho, estuvieron presentes en el recinto para el comienzo, por la jura de Enzo Fullone, quien tomó el lugar que dejó Lorena Villaverde.
Santilli estuvo horas reunido con Bullrich en su despacho -ella solo dejó su oficina un momento para correr al recinto, asustada porque pensaba que La Rioja iba a meter una moción en su ausencia-, junto con el secretario de Hacienda, Carlos Guberman. Cerca de las 17.15, el ministro pasó al ala de Diputados para reunirse con Menem en Presidencia.
La primera decisión estratégica que tomaron fue dejar de lado el Capítulo XI que había sido rechazado en Diputados, lo cual también generó divisiones internas, puesto que no todos estaban de acuerdo. Ganó la necesidad de tener un Presupuesto sancionado y optaron por no embarrar más el camino.
La Libertad Avanza cuenta con 21 senadores propios y suma el respaldo de una decena de legisladores radicales (con algunas diferencias internas), el bloque del PRO y representantes de fuerzas provinciales como el Frente de la Concordia de Misiones, La Neuquinidad, Provincias Unidas, además de senadores de Tucumán, Salta y Chubut. Entre todos, creen tener entre 38 y 44 votos.
A ellos se podrían sumar cuatro de los cinco integrantes del bloque Convicción Federal anticiparon que acompañarán el Presupuesto en general, en línea con el posicionamiento de algunos gobernadores del Partido Justicialista que optaron por priorizar la previsibilidad fiscal para el próximo año. Serán clave también para conseguir una victoria en la votación en particular.
Si bien en el Gobierno se aseguran que los votos para aprobar el Presupuesto en general están, el escenario se abre más complejo para la votación en particular, tal como sucedió en el debate por la media sanción de Diputados. Esta vez, en vez del artículo 75, el problema está puesto en el artículo 30.
El artículo en cuestión elimina la obligación de destinar el 6% del PBI al sistema educativo, el 1% del PBI al financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y los porcentajes asignados a la educación técnico-profesional. También alcanza al esquema de financiamiento progresivo del Fondo Nacional de la Defensa, destinado al reequipamiento de las Fuerzas Armadas.
En este sentido, pese a que hubo acuerdo para que se vote por capítulos, la oposición podría presentar una moción para rechazar artículos por separado y, si consiguen mayoría, se podría abrir y desguazar el proyecto por partes.
Otro de los artículos que genera preocupación entre potenciales aliados del oficialismo es el 12, vinculado al financiamiento de las universidades nacionales. El texto fija el monto global de recursos para el sistema universitario, pero al mismo tiempo condiciona la transferencia de fondos al cumplimiento de requisitos de información ante la Subsecretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Capital Humano.
Ambos artículos están contemplados dentro del Capítulo II del Presupuesto, el cual también incluye la ejecución de las obras públicas que reclamaron los gobernadores y la aprobación del Fondo Multilateral de Inversiones que creó la Asamblea de Gobernadores para recibir préstamos del BID y el BDC.
De esta manera, es difícil que los mandatarios provinciales ordenen votar en contra del capítulo y el oficialismo incluso podría conseguir que desde el interbloque Justicialista se sumen votos a favor.
El peronismo llegará dividido al debate. El Gobierno apuesta al bloque Convicción Federal que, según anticiparon fuentes parlamentarias a El Cronista, funcionarían como “garantía” para el oficialismo para contrarrestar los votos que se van a perder del radicalismo. Se trata de los senadores Guillermo Andrada (Catamarca), Sandra Mendoza (Tucumán) y Carolina Moisés (Jujuy) mientras que Fernando Rejal (La Rioja) y Fernando Salino (San Luis) se mantendrían en contra.
La versión a trabajar en el Senado ya llega sin el polémico capítulo XI que derogaba las leyes de Emergencia en Discapacidad y la ley de Financiamiento Universitario, pero en el oficialismo no descartan que el texto ahora vuelva a Diputados si se incorporan modificaciones de último momento.
De regresar a la Cámara baja, la próxima fecha posible de sesión sería el 29 de diciembre, un día antes de que termine la convocatoria de extraordinarias. Si bien el Ejecutivo volverá a llamarlas para febrero, desde el oficialismo evalúan extender a los primeros días de enero para sancionar el Presupuesto de ser necesario.
La sesión se perfila como una de las más relevantes del cierre de 2025. Para el Gobierno, representa la posibilidad de consolidar su rumbo económico; para la oposición, un escenario para marcar límites.
La sesión, que comenzó a las 12, asoma una votación cerca de las 22. Al comienzo se extendió una hora y media más desde el comienzo de la sesión con las juras de los senadores, las cuestiones de privilegio y la discusión por la labor parlamentaria. El hecho inédito durante esa primera parte fue el llanto de la peronista Cristina López por haber sido corrida de su despacho.
La cantidad de oradores previstos fueron ruducidos durante la jornada. Al cierre de esta nota, estaban previstos para exponer unos 28 oradores para el debate del Presupuesto, de los cuales solo tres corresponden al partido oficialista. Luego procederán a debatir y votar el proyecto de Inocencia Fiscal.

