La inversión extranjera directa en América Latina creció 8% en 2025 por energía y minería

América Latina finalizó 2025 con un balance positivo en materia de inversión extranjera directa, pese a la desaceleración económica global y la volatilidad. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la inversión extranjera directa (IED) en la región creció un 8 % respecto a 2024, alcanzando alrededor de US$ 226.000 millones. El crecimiento fue impulsado principalmente por los sectores de energía, minería, tecnología e infraestructura.

María Agustina Patti, estratega de mercados financieros para Latinoamérica en Exness, destacó: “Este desempeño refleja una combinación de cautela e interés, ya que existen oportunidades significativas para quienes operan con disciplina, información confiable y gestión de riesgos”. Patti agregó: “Aunque el entorno económico sigue siendo difícil, con un crecimiento moderado, presiones fiscales y fluctuaciones en los tipos de cambio, la región continúa ofreciendo oportunidades atractivas para los inversionistas que priorizan la diversificación y la transparencia”.

Durante 2025, América Latina demostró capacidad de adaptación frente a un escenario internacional caracterizado por inflación moderada y ajustes monetarios graduales en las principales economías. Si bien la evolución no fue homogénea en todos los países, la región mantuvo su atractivo gracias a la diversidad productiva y al avance de sectores estratégicos vinculados a la transición energética y la relocalización industrial (nearshoring).

El auge de la minería y la energía fortaleció el consumo de servicios industriales, transporte y logística, impulsando la demanda de insumos, maquinaria y soluciones tecnológicas relacionadas con la extracción y exportación de materias primas. Este dinamismo generó un efecto multiplicador en los servicios financieros, con nuevos proyectos de inversión y una mejora en herramientas de cobertura cambiaria. Además, el fortalecimiento de los ecosistemas locales y el rol de plataformas digitales y empresas fintech facilitaron el acceso a los mercados globales.

En la segunda mitad del año, los inversores institucionales adoptaron una postura más cautelosa ante las altas tasas en economías desarrolladas y un dólar fortalecido, lo que incrementó la selectividad en los flujos hacia la región y favoreció proyectos de alto impacto productivo.

De cara a 2026, América Latina se presenta como un mercado de sólidas oportunidades, impulsado por la transición energética, la digitalización de servicios y la consolidación de proyectos en minería, infraestructura y energías renovables.

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