La Ley de Inocencia Fiscal modifica el marco en el que se mueven los dólares “cara chica” -billetes antiguos o deteriorados- porque, aunque el Banco Central habilitó sin plazo el recambio y depósito de esos billetes, la nueva norma refuerza los controles antilavado y antievasión sobre dólares no declarados, lo que introduce cautela en los bancos privados y deja a los ahorristas frente a un esquema más exigente para incorporarlos al circuito formal.
La incertidumbre se explica por la superposición de dos decisiones recientes. Por un lado, el BCRA reformó la normativa y extendió sin fecha límite la posibilidad de que las entidades reciban billetes estadounidenses antiguos y deteriorados, mediante la Comunicación “A” 8352. Por el otro, la sanción parlamentaria de la Ley de Inocencia Fiscal —aún pendiente de promulgación— refuerza las obligaciones de control cuando se trata de activos no declarados, lo que podría llevar a algunas entidades a rechazar depósitos que no encuadren claramente en los nuevos requisitos.
Desde el Banco Central aclararon que el esquema de recambio de “cara chica” sigue vigente. El mecanismo funciona desde agosto de 2024 y permite depositar billetes siempre que conserven más del 50% de su superficie, y que la denominación y las medidas de seguridad sean identificables. Una vez recibidos, los bancos verifican su autenticidad y los envían al BCRA, que coordina su destrucción en Estados Unidos y el reemplazo por nuevos ejemplares. Si los billetes no están en condiciones de circular, pueden quedar incluidos en depósitos regulares.
El punto de fricción aparece con la aplicación de las normas antilavado una vez que la ley entre en vigencia. La Ley de Inocencia Fiscal introduce cambios en el Régimen Penal Tributario, en los Procedimientos Fiscales y en el Código Civil y Comercial, además de crear un Régimen de Declaración Jurada Simplificada. Según el Gobierno, quienes adhieran quedarán “blindados”, con un régimen simplificado de Ganancias que apunta a incentivar la exteriorización de dólares adquiridos en el mercado informal.
Ese régimen tendrá un tope patrimonial de hasta $10.000 millones para adherir y exime de informar variaciones patrimoniales y consumos. Sin embargo, hasta que la norma sea promulgada y reglamentada, las entidades financieras evalúan con cautela cómo aplicar los controles sobre depósitos de dólares no declarados, incluso cuando se trate de billetes “cara chica”.
El Banco Nación confirmó que aceptará los dólares del colchón sin objeciones una vez que la ley esté vigente y que permitirá depositar todo tipo de billetes, incluidos los “cara chica”, sin distinción por diseño o antigüedad. La definición del banco público contrasta con la prudencia de parte del sistema privado, que aguarda precisiones operativas para evitar riesgos regulatorios.
